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miércoles, 30 de mayo de 2012

DEFENDER EL PRESENTE PARA GARANTIZAR EL FUTURO

Por Mary Sánchez

La manifestación estudiantil que viene sucediéndose en Chile desde hace más de dos meses y que terminó con jornadas de represión, es una manifestación de las luchas entre dos modelos de país.

En estos días en los medios de comunicación se publican los tristes sucesos de la represión en Chile a los estudiantes, que están protestando contra la privatización de la educación, y se ha publicado sobre el tema de la baja en el ranking de la Argentina en lo que se refiere a la calidad y excelencia educativa, dejando de lado en estos análisis, no sólo en qué categorías se basa el concepto sino la necesaria contextualización de tales posturas y calificaciones.

Nada se dice sobre en qué situación estaba la Argentina que dejó la crisis de 2001, cuando las políticas públicas de los 90, justamente éstas que sostiene el gobierno de Piñera y que utilizan de ejemplo a seguir Duhalde, Alfonsín y otros, tendían al vaciamiento de la escuela pública en todos sus aspectos, tanto simbólicos como materiales. Una escuela que expulsaba a niños y niñas y que acrecentaba esa cifra de más de 400 mil jóvenes “Ni-Ni”.

Esos mismos que hoy se horrorizan, pero que en los 90 aplaudían las políticas de achicamiento del Estado, son los que rebajaron el 13% de los sueldos docentes, o los dejaron meses sin cobrar. El primer conflicto que tuvo que resolver Néstor Kirchner en 2003 fue el paro docente de Entre Ríos. Recuérdese que en el gobierno de Menem, se intentó arancelar la Universidad, al igual que en el Chile de Piñera, y que la resistencia de tres años de la Carpa Blanca y la lucha de Ctera contra la Ley Federal de Educación impidió que el desastre no fuera mayor.

Chile y Argentina, en lo que se refiere a sus modelo político- educativo, están en las antípodas. Mientras el país vecino privilegió el mercado como regulador de la educación, un modelo en el que hay que pagar (y caro), para estudiar, en el que la propuesta más “equitativa” es la de dar “créditos blandos a los estudiantes” para acceder al nivel superior, en el nuestro a partir de 2003, con Kirchner, se trabaja para que acceder a la educación sea un derecho real y concreto de los ciudadanos.

Estas comparaciones son necesarias porque en más de una oportunidad se naturaliza que la garantía de los derechos ciudadanos vienen dados por sí solos. En nuestro caso, como en el caso chileno, la decisión fue entre un camino y otro. Entre un modelo de Estado que garantiza la educación del pueblo y otro que garantiza la educación para una elite. Uno que es neoliberal por excelencia y otro en el que la justicia social y la equidad es una inversión necesaria, y no un gasto, para garantizar un futuro mejor para todas y todos los ciudadanos.

Este es el sentido en el que se ha encaminado nuestros dos últimos gobiernos, el de Néstor primero y el de Cristina. Cuidemos lo que tenemos y trabajemos para que el futuro tenga la fuerza necesaria para poder enfrentar los embates de aquellos que consideran que el rol del Estado sólo tiene que centrarse en garantizar las riquezas materiales y simbólicas de unos pocos.

Jóvenes y adultos completan sus estudios gracias al Plan Fines

TELAM
26 de Septiembre
Entrega de certificados


Más de un millón de personas se inscribieron en el Plan Fines desde su inicio, en 2008, y 300.000 de ellos ya recibieron su certificado de estudios primarios o secundarios, según el nivel que cumplieron en las distintas sedes de todo el país.
Este mediodía, el ministro de Economía y candidato a vicepresidente, Amado Boudou; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; y el ministro de Educación, Alberto Sileoni, hicieron entrega de ocho de esos 300 mil certificados, durante un acto en la megamuestra de Ciencia y Tecnología, Tecnópolis, que funciona en un predio de Villa Martelli.

Los ocho egresados que recibieron hoy sus diplomas de fin de curso son estudiantes de Moreno, Hurlingham, Lanús, La Matanza, y Paraná (Entre Ríos).

De acuerdo con los datos que difundieron las autoridades nacionales, el 45% de las personas que terminaron sus estudios son menores de 25 años, mientras que el resto son adultos, que por distintos motivos tenían sus estudios primarios o secundarios incompletos.

"Convocar a los jóvenes y adultos a retomar los estudios no es tarea fácil, ya que demanda un compromiso por parte de los docentes, que debemos hacer un trabajo territorial para matricular a las personas de los barrios que buscan terminar la escuela", contó Julia Casais, una maestra del partido Almirante Brown.

La docente, que trabaja en el Barrio 2 de abril, contó que "ese esfuerzo después se ve recompensado porque ver a un adulto recuperar la confianza y con ella su lugar en el mundo es muy gratificante".

"Muchos de los jóvenes de ese barrio no tenían terminada la primaria. Hoy retoman ese nivel de la enseñanza gracias al Plan Fines, que abre una verdadera opción para educarse porque establece un vínculo entre docentes y alumnos muy especial", contó.

En este ámbito, Marta Arata, de 73 años, de Lanús, recibió su certificado de manos del ministro Sileoni, quien recordó a todas las personas que en situaciones poco favorables construyeron sus vidas desde la mitad del siglo pasado.

"A ellos hay que agradecer por la valentía de seguir adelante. Es injusto que esos héroes anónimos hayan tenido que sentir terror por matemáticas de cuarto o inglés de segundo. Es ahí donde aparece el Estado, que no da para prometer, sino que organiza para transformar", dijo el ministro.

Valeria Santos, una salteña de 32 años, que no había podido terminar el secundario agradeció esa posibilidad en nombre de miles de jóvenes y adultos de todo el país. "El Fines le da oportunidad a aquellos que intentaron y no pudieron, a los que han perdido la fe y no lograron incorporarse a los otros programas educativos más institucionales", dijo Sileoni.

Por su parte, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, afirmó que hay "31 mil cooperativistas del Plan Argentina Trabaja incorporados al Plan Fines" y precisó que "1.000 de estos cooperativistas están alfabetizados, 4.000 están haciendo la primaria y 26.000 están terminando el secundario", gracias a este trabajo en común con el Ministerio de Educación.

Alicia Kirchner calificó el Fines como un programa de inclusión social que además de la capacitación para el trabajo que reciben los cooperativistas les da la posibilidad de terminar los estudios, porque más que "beneficiarios de un plan son sujetos de derechos".